En nuestra búsqueda de formar personas integrales, damos importancia al ocio para garantizar equilibrio entre lo académico y el descanso.
Somos un Colegio campestre, con un Campus de 75 mil metros cuadrados que nos permiten aprovechar la naturaleza como una herramienta más para el aprendizaje. Contamos con espacios deportivos, lúdicos y recreativos para que los estudiantes puedan tener momentos de esparcimiento. Acabamos de entregar a nuestra Comunidad Educativa una cancha polideportiva.
Para nosotros es importante que haya equilibrio, que niños, niñas y jóvenes tengan espacios de desconexión para que el conocimiento pueda ser asimilado. Y es que, cuando el cerebro no descansa entre clase y clase, la atención se pierde poco a poco, los estudiantes se vuelven más dispersos y el interés deja de estar en los contenidos académicos.
Buscamos un ritmo consciente, en equilibrio. Tenemos horas de descanso en las que invitamos a que sean nuestros estudiantes quienes decidan qué hacer: jugar, practicar deportes, conversar, contemplar la naturaleza, leer un libro, entre otras actividades, porque es esencial cambiar de lugar, vivir otros espacios, moverse, hacer una pausa activa y enfocarse en otras actividades diferentes al aprendizaje.
Y sabiendo que el ocio y el juego son importantes, también buscamos que en algunos espacios académicos haya metodologías lúdicas con juegos de movimiento, de acuerdo con el momento que viven los estudiantes. Por ello, el juego es uno de los focos en Kindergarten, pues es la forma en la que entienden el mundo y aprenden. Así, se les dan herramientas como juguetes, bloques, plastilinas, entre otros, para que sean ellos mismos quienes decidan cómo invertir su tiempo.
El ocio y el descanso permiten conocer al otro, interactuar con los pares, relacionarse en la diferencia y experimentar la realidad que los rodea. Es la posibilidad de interpretar el mundo y acordar nuevas reglas.
Además, tenemos una amplia oferta de Actividades de Tiempo Libre (ATL), pensando en garantizar un descanso y una desconexión del estudio, al tiempo que brindamos momentos de esparcimiento sano desde lo institucional.
El ocio y el tiempo libre ayudan a fomentar la creatividad, en tanto la autonomía y la capacidad de decidir qué hacer y cómo hacerlo ayuda a que, al crear actividades e inventar juegos, haya un trabajo activo. Es la búsqueda de la respuesta a la pregunta: ¿qué hago ahora?
El ocio contemplativo también es importante. A veces, las agendas se llenan desde pequeños, se generan cientos de actividades sin descanso alguno y a muy temprana edad se empieza a vivir el agotamiento -burnout académico-. Descansar es significativo; es necesario, incluso, para que el cerebro asimile lo aprendido durante el día y cree conocimientos que duran para toda la vida.
Sabemos que el conocimiento va más allá de un salón, que se aprende en otros espacios y que, muchas veces, lo que nos enseñan los demás, durante el juego y la recreación, puede ser muy potente. El descanso hace parte esencial del aprendizaje y, por eso, respetamos esos momentos de juego libre en los que también hay asombro.