El Árbol de los Deseos cumple 10 años: una década de corazones solidarios

Arbol de los deseos

Felipe Rodas Muñoz recuerda el día en que, una caja con su nombre llegó al barrio donde creció, en Itagüí. Adentro había un clarinete nuevo, brillante, con el que empezaría a descubrir la música. Era 2016, y el instrumento hacía parte de los regalos que cada diciembre entrega el Árbol de los Deseos del  Deutsche Schule Medellín (Colegio Alemán Medellín). 
Ese hecho marcaría su camino: hoy, Felipe estudia Música en Eafit y acaba de postulares para prácticas en el mismo Colegio que le ayudó a descubrir su vocación, el DSM. 
La historia de Felipe no es la única. Detrás de cada caja, empacada con cuidado, hay un lazo que une a quienes desean con quienes creen que un regalo también puede ser una oportunidad. “El proyecto me conmovió mucho. Fue lo que me ayudó a enfocarme en lo que más me gustaba hacer. Recibir ese instrumento me cambió la vida. Me permitió crecer, aprender y devolver algo de lo que yo recibí”, asegura.

Un proyecto que crece con la comunidad

El Árbol de los Deseos nació en 2015, como una iniciativa del Comité de Solidaridad del Deutsche Schule Medellín (Colegio Alemán Medellín). Ese primer año, gracias a la solidaridad de la comunidad educativa, se cumplieron 759 deseos; diez años después, la cifra supera los 15.000. La idea es simple, pero poderosa: conectar a estudiantes, familias y colaboradores del Colegio con niños y jóvenes de distintas fundaciones y comunidades.
Leticia Jaramillo, miembro del Comité, recuerda cómo la propuesta se fue consolidando: “Escogimos el Parque Central  como símbolo de nuestro árbol. Lo llenamos de corazones y estrellas con los deseos de los niños. Desde entonces, cada diciembre se convierte en una época especial, una oportunidad para compartir y sentir que estamos llegando a quienes más lo necesitan.”
Los deseos son diversos: juguetes, ropa, balones, libros o, como en el caso de Felipe, instrumentos musicales que se convierten en puertas abiertas al futuro. En estos diez años, el proyecto ha entregado cerca de 15.700 regalos y logró hacer una donación para conformar una banda musical en la Fundación Las Golondrinas.

Lee también: Un árbol que vuelve los deseos realidad

 

El impacto de una década solidaria

Para Paula Álvarez, Vicerrectora del Colegio, el valor del Árbol de los Deseos va más allá de los regalos. “Lo verdaderamente significativo es la empatía. Cada familia que se toma el tiempo de escuchar y cumplir el deseo de un niño está enseñando a sus hijos a mirar la realidad del otro con sensibilidad y respeto. Ese gesto, en sí mismo, es un regalo.”
Con el paso de los años, el proyecto se integró al programa CAS del Bachillerato Internacional, fortaleciendo el compromiso social de los estudiantes. Hoy, son ellos quienes visitan las instituciones, conversan con los niños y participan activamente en la entrega de los regalos. La experiencia, dice Leticia, “cierra un ciclo hermoso: los niños del Colegio crecen entendiendo que la solidaridad también se aprende”.

Te puede interesar: Conocer nuevas realidades

 

Una invitación a seguir sembrando sueños

Diez años después, el Árbol de los Deseos sigue creciendo, sostenido por la empatía, el compromiso y la convicción de que la educación también florece cuando se comparte. Cada diciembre, cientos de corazones se suman para cumplir un deseo y sembrar esperanza. Y como toda semilla bien cuidada, este árbol seguirá dando frutos en cada historia que inspire. Felipe lo resume con sencillez: “Cuando uno crece y ha recibido algo así, lo único que quiere es devolverlo. La inspiración puede convertirse en algo muy grande, en un aporte para la sociedad.”

Vincúlate al Árbol de los Deseos y haz parte de esta historia. Descubre cómo en el Deutsche Schule Medellín (Colegio Alemán Medellín) se forman estudiantes solidarios, críticos y comprometidos con su comunidad. Conoce el proceso de admisión aquí.